sábado, 9 de febrero de 2008

Brujerías (1ª y 2ª).

Leer los cuentos de Pablo Palacio a mi parecer es una invitación a la imaginación, y también a no despegarse del libro hasta acabar de leer el último punto de cada cuento; inclusive, no son aburridos. Quizás me parezca así porque el autor es ecuatoriano y de alguna manera las historias se me hacen familiares y se me facilita la imaginación para recrearlas.

Debo mencionar que en Brujerías Palacio también utiliza elementos de conocimiento general para muchos en el mundo, como la palabra ABRACADABRA, que en nuestras mentes siempre se relacionará con la brujería o hechicería.
Además de esto me llamó la atención la manera en la que narra en el segundo cuento de Brujerías la transformación que tienen aquellos personajes infieles, que al final se convierten en perros. Es muy sugestivo e inteligente la relación que hace el autor a los infieles con los perros vagabundos y callejeros. Pienso que para el autor la infidelidad o la traición no es o no debería ser de humanos.

Aunque en ambas historias el fin se trata de transformaciones de algunos personajes producidos por la brujería o los hechizos, me gustó más la de los perros que el de aquel naranjo al que luego le cae un rayo.

José Sánchez.

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