jueves, 8 de mayo de 2008

Movimientos de la Vanguardia

Surrealismo
El Surrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en
Francia a partir del dadaísmo, en el primer cuarto del siglo XX en torno a la personalidad del poeta André Breton. Buscaba descubrir una verdad, con escrituras automáticas, sin correcciones racionales, utilizando imágenes para expresar sus emociones, pero que nunca seguían un razonamiento lógico.
Creacionismo
Se denomina creacionismo a la
creencia, inspirada en dogmas religiosos, que dicta que la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente proviene de un acto de creación por un ser divino, habiendo sido creados ellos de acuerdo con un propósito divino.[1] Por extensión, el adjetivo «creacionista» se ha empezado a aplicar a cualquier opinión o doctrina filosófica o religiosa que defienda una explicación del origen del mundo basada en uno o más actos de creación por un Dios personal, como lo hacen, por ejemplo, las religiones del Libro.
Futurismo
El Futurismo fue el movimiento inicial de las corrientes de
vanguardia artística, fundado en Italia por Filippo Tommaso Marinetti, quien redactó el Manifeste du Futurisme, el 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París.
Cubismo
El cubismo fue un movimiento artístico desarrollado entre
1907 y 1914, nacido en Francia y encabezado por Guillaume Apollinaire, pero también teniendo como principales fundadores a Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. El cubismo trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, representando todas las partes de un objeto en un mismo plano.
La Generación de la Ruptura
La Ruptura es el nombre dado al conjunto de
artistas mexicanos que en la década de los 50 comenzaron a reaccionar contra lo que percibían como los gastados valores de la Escuela Mexicana de Pintura, la cual aglutinaba a los muralistas mexicanos (David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco entre otros) cuya temática nacionalista, izquierdista y revolucionaria había sido la corriente artística hegemónica en México desde el estallido de la revolución mexicana en 1910. La generación de la Ruptura incorporaba valores más cosmopolitas, abstractos y apolíticos en su trabajo, buscando entre otras cosas expandir su temática y su estilo más allá de los límites impuestos por el muralismo y sus ramificaciones. Es de hacer notar que el movimiento no fue jamás organizado ni definido, como tal se daba de modo bastante espontáneo, no era deliberado y las relaciones entre sus miembros fueron mas bien informales.

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