lunes, 18 de febrero de 2008

LITERATURA DE LA COLONIA Y ALGUNOS PERSONAJES......

La literatura colonial , los escritores de finales del siglo XVIII, como los jesuitas del extrañamiento, Juan de Velasco, y hasta cierto punto Eugenio Espejo y José Mejía Lequerica, y en el medio Juan Bautista Aguirre y muy pocos escritores más.
Velasco, Maldonado y Espejo
El padre Juan de Velasco es uno de los grandes forjadores de nuestra Patria, a través de su gigantesco trabajo nos entregó los elementos fundamentales que constituyen los cimientos de la conciencia de nuestra identidad nacional. Como lo destaca Juan Valdano, el padre Juan de Velasco (1727-1792), junto a Pedro Vicente Maldonado (1704-1748) y a Eugenio de Santa Cruz y
Espejo (1747-1795), constituyen esa tríada de vigorosas individualidades del siglo XVIII, que con sabiduría y entereza proyectaron en el horizonte universal el nítido perfil de nuestra Patria. Los tres fueron los visionarios que estudiaron y comprendieron las raíces profundas de nuestra identidad.
Velasco: la Historia;
Maldonado: la Geografía;
Espejo, el Espíritu Libertario.

El padre Juan de Velasco fue categórico al expresar la razón por la que escribió la Historia del Reino de Quito. Conforme sus propias palabras, lo hizo "no tanto para complacer a otros, cuanto por hacer ese corto obsequio a la nación, y a la Patria, ultrajada por algunas plumas rivales que pretenden obscurecer sus glorias".
A Pedro Vicente Maldonado. Riobamba.
El genio de Velasco
Debemos recordar que en el siglo XVIII, nuestra Patria formaba parte del enorme dominio español bajo la figura administrativa, territorial y política de Real Audiencia, pero que por encima de esa formalidad, su alma nacional brillaba con absoluta autenticidad y diferenciándose nítidamente de sus vecinos. En medio de aquella coyuntura histórica y a pesar de la distancia que le separaba de su tierra natal, el genio del padre Velasco fue capaz de reconocer nuestra identidad y profundizar su estudio a través de las evidencias y los vestigios, para reconstruir los puntos fundamentales de nuestro trayecto histórico.Es fundamental reconocer que esa aguda inteligencia del padre Juan de Velasco, se adelantó en dos siglos, a quienes ahora reconocen el trascendente valor de los mitos, para reconocer a través de ellos un aspecto básico de la conciencia colectiva de los pueblos, así como, el contendido de las grandes lecciones de sabiduría consignadas por los ancestros a las nuevas generaciones mediante el simbolismo.La obra del padre Juan de Velasco no se limita a la crónica de los hechos inmediatos, ni las informaciones secuenciales sobre los acontecimientos. Atraviesa lo superficial y se adentra en nuestra esencia vital a la que la reconoce como una identidad histórica que se desarrolla a través del tiempo en su propio espacio geográfico.

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